Mira que no contaba yo hoy con cruzarme en mi camino (al cole) con otro espécimen de impresentable. Y menos, en el mismo lugar y a la misma hora: 8.45; tramo de calle estrecha-imposible-ir-por-la-acera-con-la-sillita-del-peque. Allí estaba yo, circulando pegadita a la acera para molestar lo menos posible, charlando tranquilamente con mis dos hijas mayores, cuando de repente un chirriante bocinazo de coche nos ha sobresaltado. Me giro y me encuentro con un todoterreno gris, literalmente pegado a mis talones, conducido por una señora (por llamarle de alguna manera sin faltar al respeto) con cara de cabreo, y que gesticula como diciéndome "qué narices hace esta idiota en mi camino, con la prisa que tengo yo". "¿Mamá, qué pasa, por qué nos pitan?" me pregunta mi hija mayor, asustada. "Nada hija- respondo yo, haciendo uso de toda mi calma interior- que esta señora parece que no se da cuenta que tiene que ir despacito y esperar a que yo tenga
Lo conseguí. I did it. El domingo 8 de abril de 2018, cumplí un sueño que se me había metido entre y ceja hace 2 años: correr la media maratón de Madrid, y a ser posible no morir en el intento ;-). La idea surgió hace 2 años, cuando empecé a estar desmotivada en el trabajo y vi que necesitaba marcarme un reto para recuperar la fe en mi misma. Pero no ha sido hasta este año pasado, cuando me cambió la vida al salir de mi empresa, cuando pude empezar a construir mi sueño. Tras una etapa de inicial de pánico, miedo y sensación de estar delante de un abismo desconocido (han sido 11 años en la misma empresa y 13 desde que me licencié y empecé a trabajar), conseguí aceptar mis nuevas circunstancias y descubrir el gran regalo (y gran responsabilidad) de poder reinventarme y hacer lo que quisiera. Con mi tiempo, con mi vida. Y este proceso han sido mi familia, sobre todo mi marido (que ha sido mi apoyo y motor cada día) y mi prima Bea (que ha sabido escucharme, cual terapeuta en