Hoy os quiero escribir sobre algo que he descubierto últimamente: el gran poder de escuchar a los demás. Pero escuchar "de verdad", lo que los psicólogos y terapeutas denominan "escucha activa".
Yo me creía que sabía escuchar, simplemente porque dejaba hablar a mi interlocutor el rato justo que me daba tiempo a pensar en la gran respuesta/ consejo que le iba a soltar. Como leí hace poco:
Porque eso es lo que de verdad nos importa a casi todos cuando hablamos con alguien, ¿no?. Que quede patente lo sabios y buenos que somos dando consejos (que "vendo, porque para mí no tengo") o sentando cátedra sobre algún tema de actualidad ("Pues yo he leído...").
De verdad que yo lo hacía mucho. Una máquina de dar respuestas. Cero empática.
Me enredaba en mis pensamientos y me perdía lo que me estaban contando. No sólo con las palabras, pero con la mirada, los gestos.
Hasta que me di cuenta que por ahí no iba bien. El estrés de la vida diaria "trabajo-pareja-niños-casa-padres-suegros-sueño-etc-etc-etc" habían conseguido taponar mis oídos, y ya no escuchaba...
Gracias a que tengo en casa un gran ejemplo de "escuchador" y a que me encanta leer y aprender sobre temas de psicología y educación emocional, tomé conciencia y empecé a trabajar mi sordera. Sobre todo con mis hijos y mi marido.
Y sigo en ello, todos los días.
Os dejo el link de un blog de un educador llamado "Santiago Moll" que descubrí por casualidad hace unos meses, cuando me puse con esto de la formación. Tiene varios artículos muy bueno sobre el tema:
escucha-activa-que-necesitas-para-ser-un-buen-oyente
Espero que os guste ;-)
Yo me creía que sabía escuchar, simplemente porque dejaba hablar a mi interlocutor el rato justo que me daba tiempo a pensar en la gran respuesta/ consejo que le iba a soltar. Como leí hace poco:
El problema de hoy en día es que la gente no escucha para comprender, sino para responder
Porque eso es lo que de verdad nos importa a casi todos cuando hablamos con alguien, ¿no?. Que quede patente lo sabios y buenos que somos dando consejos (que "vendo, porque para mí no tengo") o sentando cátedra sobre algún tema de actualidad ("Pues yo he leído...").
De verdad que yo lo hacía mucho. Una máquina de dar respuestas. Cero empática.
Me enredaba en mis pensamientos y me perdía lo que me estaban contando. No sólo con las palabras, pero con la mirada, los gestos.
Hasta que me di cuenta que por ahí no iba bien. El estrés de la vida diaria "trabajo-pareja-niños-casa-padres-suegros-sueño-etc-etc-etc" habían conseguido taponar mis oídos, y ya no escuchaba...
Gracias a que tengo en casa un gran ejemplo de "escuchador" y a que me encanta leer y aprender sobre temas de psicología y educación emocional, tomé conciencia y empecé a trabajar mi sordera. Sobre todo con mis hijos y mi marido.
Y sigo en ello, todos los días.
Os dejo el link de un blog de un educador llamado "Santiago Moll" que descubrí por casualidad hace unos meses, cuando me puse con esto de la formación. Tiene varios artículos muy bueno sobre el tema:
escucha-activa-que-necesitas-para-ser-un-buen-oyente
Espero que os guste ;-)
Comentarios
Publicar un comentario